MADRID/AUCKLAND.- Medía 1,96 metros, pesaba 119 kilos y era capaz de correr 100 metros en menos de 11 segundos. Los números del gigante neozelandés Jonah Tali Lomu aterraban a sus rivales. Pero sus enormes zancadas significaron los primeros pasos del rugby moderno. El wing de origen maorí revolucionó el deporte de la ovalada en la década de los 90, y abrió paso al profesionalismo.

Sus padres vivieron en el archipiélago polinesio de Tonga antes de emigrar a Auckland, donde Lomu nació el 12 de mayo de 1975. La potencia, el talento y la velocidad le venían en la genética maorí. “Para jugar contra los equipos de las islas del Pacífico debes estar preparado para salir del campo como si hubieras tenido un accidente automovilístico”, dice el ex apertura de Inglaterra Jonny Wilkinson -otra leyenda del rugby mundial- en el documental “Pacific Warriors”, para graficar la fuerza de los jugadores polinesios.

Pero a su descomunal potencia tongana, Lomu le sumó la organización y la técnica neozelandesa. De ese modo, se convirtió en un hombre que parecía imparable.

Su explosión llegó en el Mundial de Sudáfrica 1995. Allí anotó siete tries -cuatro en la memorable semifinal contra Inglaterra-. Tenía apenas 20 años. “Espero no volver a verlo nunca. Es tremendo, un monstruo; y cuanto antes se aleje, mejor”, había dicho el inglés Will Carling, tras aquel encuentro.

Los All Blacks de Lomu perdieron la final de 1995 ante Sudáfrica, y cayeron cuatro años más tarde (en Gales) en semifinales contra Francia. Fue su segundo y último Mundial. Entre ambas ediciones anotó 15 tries, mejor marca de la historia, igualada en el último Mundial por Bryan Habana, aunque el sudafricano lo logró sumados sus tres Copas del mundo.

Según la publicación “Bloomberg”, la actuación de Lomu en el Mundial de 1995 ayudó a persuadir al magnate Rupert Murdoch para comprar los derechos de televisión del rugby del hemisferio sur. “El acuerdo por U$S 550 millones entre News Corporation, Australia, Nueva Zelanda y Sudáfrica transformó al deporte en profesional”, dijo el medio estadounidense. Luego, Lomu firmó millonarios contratos con Adidas y con Heineken. Antes de la “era Lomu” era normal ver hombres delgados dentro de las canchas de rugby. No cobraban por jugar. Hoy son cuerpos de élite, perfeccionados con horas de gimnasio.

Lomu, que llegó a ser el jugador de rugby más conocido en el mundo, jugó 73 partidos -63 test matches- para los All Blacks, en los cuales anotó 215 puntos. Falleció la noche del martes (hora argentina), víctima de un problema renal. El 12 de mayo había cumplido 40 años.